Vivo en un lugar llamado Europa. Es un lugar construido gracias a matanzas y expolios en todas partes del mundo. Es un lugar viejo y decadente, que bebe de viejos imperios y la sangre de millones de almas inocentes. Es un lugar hipócrita, capaz de organizar una forzada alianza en base a intereses económicos para escupir después sobre los más básicos derechos humanos. La cuna del colonialismo, el genocidio y las cámaras de gas. Hoy ser inmigrante en Europa es un delito. Intentar salir de uno de los países expoliados y demacrados por los europeos es un crimen. Huir de un lugar empobrecido por los europeos, violado, torturado y quemado a lo bonzo por los europeos es un pecado. Los nuevos napoleones, los nuevos hitlers, proponen criminalizar la inmigración ilegal. Encerrar a un ser humano por el simple hecho de no tener un papel. Por el simple hecho de no haber podido elegir el lugar en el que nació. Por el simple hecho de no ser uno de los sagrados expoliadores. Mira a tu vecino. Sospecha de él. No es uno de los tuyos. No es un descendiente de los exclavistas, como tú. Gobiernos ultraconservadores como el italiano proponen leyes inhumanas y el parlamento europeo se plantea endurecer leyes injustas. Y gobiernos socialdemócratas, como el español, crean los futuros campos de concentración. En esto sí se ponen de acuerdo. Los pequeños napoleones con Barbie al hombre como Sarkozy, los Duces mafiosos con lifting a lo Berlusconi, las nuevas damas de hierro con esvástica en el cerebro a lo Merkel, todos de acuerdo. La estupenda película de Alfonso Cuarón Hijos de los Hombres nos da una pista de hacia dónde van a ir los tiros, celda en los andenes y barrios de contención... Europa, tierra soñada, paraiso de libertad y cuna de las guerras mundiales, único momento, por cierto, en que los países subdesarrollados pudieron explotar sus materias primas sin intervención foránea. Europa, sigue pisando y sigue mordiendo, porque lo duro pierde. El agua gana a la roca. Y hay europeos que no están dispuestos a seguir criminalizando la vida. Y muchos inmigrantes necesitan no seguir el juego ni perder sus valores para sumirse en el mundo gris de los europeos. Necesitamos lo mejor de cada mundo para dar una respuesta a su juego de apisonadoras y muerte.
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4 comentarios:
Menudo cambio radical de personajes de una entrada a otra, ¿dónde quedó la música y el cine?
En fin...yo a estos si que no los invitaba a cenar :P
Saludosss!!
Jodida realidad, interesante reflexion.
No puedo decir más
Buen artículo, tema complicado, difícil de tratar sin caer en el panfletismo o en la utopía.A Europa nunca le importó la sangre, y las fronteras están dibujadas con eso, con sangre.
Y sólo en Italia (que queda en Europa) se pudo elegir para representar a la Iglesia Católica a Ratzinger, un nazi genocida. Cosa que no debe extrañarnos, ya que precisamente fue esa iglesia la que inventó la "Santa Inquisición", que a su vez fue precursora del fascismo. ¡Santas coincidencias, Batman!
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