Invitar a la extravagante princesa inca Yma Sumac a cenar sólo resultaría en la destrucción de nuestra fina cristalería de bohemia, incapaz de soportar la potente voz de esta singular cantante peruana. Yma fue única, nadie ha sido ni será como ella. Según la leyenda Yma era descenciente de los reyes Incas, y pasó de una carrera musical en varios grupos en Perú, a vivir en Nueva York y firmar por la discográfica Capitol en los años 50 una serie de delirantes discos producidos por su marido, Moisés Vivanco. Yma se convirtió en una de las estrellas más pujantes del estilo lounge con aires latinos, añadiendo con su voz una singular originalidad al estilo. Sus discos presumían de haber sido grabados en la selva, y de entonar cantos indígenas ancestrales, aunque a menudo eran composiciones del propio Vivanco. Su carrera se completó con varias apariciones en Broadway, actuaciones en las Vegas y su participación en una película protagonizada por Charlton Heston, pero a finales de los 50 su momento había pasado. Yma se retiró, realizando algunas actuaciones inesperadas en los años 70 y a finales de los 80. Su música sigue siendo uno de los ejemplos más originales y exóticos de la música lounge.
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