Las animaciones de Bill Plympton son un desafío a la realidad. Un continuo ataque terrorista a las formas conocidas. Metamorfosis y una mala uva políticamente incorrecta llenan el arte de un ilustrador que ha sabido mantenerse independiente y original pese a su éxito. Con un estilo muy peculiar, lleno de trazos abocetados y colores pastel, y unos argumentos que dislocan las formas hasta expandirlas y transformarlas de las maneras más insospechadas, el humor de Plympton está cargado de sadismo y sexo, tratados de forma lúdica y disparatada. Pareciera que Plympton supiera de las obsesiones de la sociedad y las ridiculizara hasta sus limitaciones máximas.
Animadores de la talla de Terry Gilliam o Matt Groening han admitido ser fans de Plympton, quien ha expandido su arte al largometraje con algunas joyitas animadas como ¡Me casé con un Extraño! (I Married A Strange Person!, 1997), Alienígenas Mutantes (Mutant Aliens, 2001) o la joya de terror gótico rockabilly Hair High (2004). El trabajo del animador también se ha visto reflejado en el mundo de la publicidad. Nunca está de más ver hasta dónde llega Plympton con sus animaciones imposibles, tratando de demostrar que la animación no es un medio exclusivamente infantil y que elementos como el sexo o la violencia pueden ser parte de sus argumentos. En la actualidad trabaja en un largo sin diálogos fiel a su estilo gamberro.
1 comentario:
Anónimo
dijo...
No lo conozco a Plympton, así que gracias por permitirme ingresar a su mundo.
Todo genio guarda un cadáver en el armario. Asesinos, suicidas, drogadictos, alcohólicos, maltratadores, psicópatas en potencia, obsesos sexuales, reaccionarios, onanistas, pederastas, esquizofrénicos, paranoicos, estafadores, tiranos... Un espacio dedicado a las mezquindades de los genios, o a las genialidades de los mezquinos...
...El asesinato es una forma de actuar impropia, altamente inadecuada, y no me importa decir que todo hombre que interviene en un asesinato tiene un modo de pensar muy incorrecto y unos principios muy erróneos... Pues si un hombre se deja tentar por un asesinato, poco después piensa que el robo no tiene importancia, y del robo pasa a la bebida y a no respetar los sábados, y de esto pasa a la negligencia de los modales y al abandono de sus deberes. Una vez empezada esta marcha cuesta abajo, no se sabe nunca dónde hay que pararse. Muchos hombres han iniciado su ruina al cometer un asesinato de un tipo u otro, que en ese momento creyeron que no tenía la menor importancia. (Thomas De Quincey - Del Asesinato Considerado como una de las Bellas Artes)
1 comentario:
No lo conozco a Plympton, así que gracias por permitirme ingresar a su mundo.
Saludos
Publicar un comentario