GUY DE MAUPASSANT

Si Guy de Maupassant se hubiera dedicado a escribir sobre cosas "decentes" hoy sería considerado uno de los genios de la literatura universal. Pero él se empeñó en convertirse en el precursor de la literatura de terror, y eso ha hecho que la historia lo haya menospreciado. Maupassant puede considerarse como el mejor narrador de relatos de la historia, forma que perfeccionó hasta llegar a su cumbre artística. El problema es que alcanzar esa meta le costó la cordura, o tal vez fue al revés y la locura le hizo relatar de una manera que ninguna mente de la época podía imaginar. Sí, tal vez esa locura fue su particular puerta a la inmortalidad. Definido por uno de sus biógrafos como el inquilino negro, una personalidad se apodera del escritor en su cumbre creativa. Aunque los rasgos de locura aparecen en casi toda la obra del autor, especialmente si tenemos en cuenta que los episodios de desequilibrios mentales se venían repitiendo desde su niñez. Una enfermedad venérea contraida por su padre fue el origen de la locura de Guy. Su hermano también padecía esta enfermedad y acabaría suicidándose. En el caso de Guy, enfocó todas sus energías a los excesos de la vida disoluta de París, coleccionando amantes de forma enfermiza y aliviando sus migrañas a base de éter y morfina. En su obra definitiva, el relato El Horla, Maupassant narraba la historia de un hombre que acababa siendo poseido por su doble invisible. Un relato auténticamente terrorífico, sobre todo si sabemos que era eso lo que le estaba pasando a Guy, consumida por su inquilino negro. En los últimos meses del escritor se ve consumido por la obsesión a la enfermedad y la desconfianza hacia todos sus conocidos. Tras intentar suicidarse en 1892 muere internado en un manicomio en el que pasó 18 meses de inconsciencia y violencia. El autor acabó consumido por su obra, sólo la inmortalidad salvó su alma.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que el mismo dia que invitara a Guy traería al Marques para tener largas y detalladas charlas sobre sexo.

Saludos Fred!

ALFONSO BUENO dijo...

Jajajaja, no conocía esta faceta suya de sátiro Sr. Dragón. Me sorprende una vez más.

Gracias por su amistad bloguera, es un visitante impagable.

Un abrazo