La leyenda dice que cuando dos iconos del terror como Vincent Price y Peter Lorre asistieron al funeral de Bela Lugosi y le encontraron dentro de su ataúd ataviado como su personaje más famoso, el Conde Drácula, Lorre le dijo a Price "¿crees que deberíamos clavarle una estaca en el corazón por si acaso?". Pese a la dudosa veracidad de tal leyenda urbana no deja de ser una buena introducción para hablar de un hombre devorado por su propia leyenda, que acabó sus días en tal estado mental que quiso despedirse del mundo como el personaje que lo había inmortalizado. Y tal vez creyendo ser él mismo un vampiro, o aspirando a una inmortalidad que el tiempo le ha concedido a través de su obra.
La película contó con una versión para el público hispanoparlante, con otro director y actores mexicanos pero rodada en los mismos escenarios y con el mismo guión que la original. Eran los comienzos del sonoro y todavía no estaba instaurado el sistema de doblaje, por lo que este film tiene dos versiones, en inglés y en castellano, teniendo la versión en castellano algunos aciertos técnicos que superan a la original pese a ser innecesariamente larga y contar con actuaciones muy pobres. El éxito del film fue tal que generó una serie de películas de terror hechas por la productora Universal que se convirtieron en herederas del estilo visual del impresionismo alemán y supusieron la semilla de grandes mitos cinematográficos como el monstruo de Frankenstein, la Momia, el Hombre Invisible, el Hombre Lobo... El papel de Drácula hizo a Lugosi tremendamente popular para la sociedad de la época, y también muy atractivo a ojos de las damas. Uno de los más sonoros romances que mantuvo el irresistible Bela fue con la bellísima actriz, Clara Bow, una pelirroja explosiva de los comienzos del cine con fama de ninfómana. De hecho la Bow también mantuvo romances con Gary Cooper, Eddie Cantor y ¡con un equipo entero de fútbol! Por cierto que en ese equipo estaba un joven especialmente dotado a quien Clara quiso dar una oportunidad introduciéndolo en el mundo del cine. El nombre del joven semental era John Wayne.
Al final de su carrera, un Lugosi que sólo era recordado por su papel en Drácula, se vio abocado a autoparodiarse en las cintas de Abott y Costello o en las cintas serie B de Ed Wood, quien utilizó a Lugosi en películas tan geniales como Glen or Glenda (1953) o Bride Of The Monster (1955), llegando incluso a usar imágenes de archivo personales para incluír a Lugosi en una cinta rodada cuando ya había muerto, la infecta Plan 9 From Outer Space (1959), que sería la peor película de todos los tiempos, como reza su publicidad, si no existiera El Equipo Aahhgg. Lugosi acabó sus días enganchado a la morfina, a la que se había hecho adicto tras usarla para calmar el dolor de una herida de guerra, y enterrado con su traje de vampiro. Ironías de la vida, Martin Landau ganó el Oscar en 1994 por su brillante interpretación de Bela Lugosi en el film Ed Wood, un honor que ni en sueños se le habría concedido al actor húngaro. Mejor dicho, ni en pesadillas.

No hay comentarios:
Publicar un comentario