STAN LEE

Stan Lee es algo así como el Hugh Heffner de los comics. Medio creador y medio empresario, medio playboy y medio personaje de comic, Lee es el responsable de la creación de la editorial más popular del comic book americano, Marvel Comics. Como creador, de la mente de Stan surgieron personajes como los Cuatro Fantásticos, Spiderman, la Masa, Los Vengadores, Daredevil, el Doctor Extraño, la Patrulla X original, y todos los personajes que orbitan alrededor de esos astros. Lee es el último gran apostol, capaz de generar una mitología moderna que renueva los viejos mitos de Dioses y semidioses adecuándolos a la imagen del siglo XX, con máscaras, antifaces e identidades secretas. Stanley Martin Lieber, que así es su nombre auténtico, pasó de ser un guionista en la pequeña editorial Marvel a convertirla en una enorme corporación multimedia, protagonizando en los 60 lo que se conoce como la Edad de Plata del comic book. Es en 1961, con la creación de los Cuatro Fantásticos cuando le llega el éxito. Sin embargo, a menudo se acusa a Stan de acaparar toda la gloria de sus creaciones, mientras que los dibujantes Steve Ditko, John Romita y sobre todo el genial Jack Kirby, pasaban a tener un papel secundario. En realidad, los guiones de Stan eran meros borradores que completaban y rehacían prácticamente en su totalidad sus colaboradores gráficos. Por otro lado Stan era un pirata literario que supo rehacer viejos mitos y adaptar o copiar fórmulas que funcionaron en su día, así rescató del olvido a personajes de comics de los años 40 como el archiconocido Capitán América (que ya en los años 40 había sido dibujado por Jack Kirby), Namor o la Antorcha Humana, también adaptó personajes de la mitología nórdica como Thor, y por último plagió algunas ideas con bastante descaro (la Patrulla X es sospechosamente parecida a la Patrulla Condenada de su mayor competidor, la editorial DC Comics).

Stan dio a los comics una mayor dimensión realista, generando personajes que tenían sus puntos flacos y su lado oscuro, y tratando temas sociales en sus comics (como los disturbios raciales, las drogas o el caso Watergate) haciendo de Spiderman el comic más leido en los campus universitarios en los 60. Frente a esto generó modelos femeninos muy esteriotipados, no deja de ser gracioso que los poderes de las primeras supermujeres de la Marvel fueran hacerse invisible (la Chica Invisible) o hacerse más pequeña (la Avispa), y también mostró una imagen de los comunistas teñida por los estereotipos de la guerra fría, llenando los primeros comics Marvel de villanos comunistas (por ejemplo el cupable de que Bruce Banner se transfomara en la Masa o los que obligan a Tony Stark a convertirse en Iron Man). Una curiosidad es que Stan siempre ideaba los nombres para que fueran fáciles de recordar, haciendo que tanto el nombre como el apellido del personaje comenzaran por la misma letra, es el caso de Peter Parker, Reed Richards, Susan Storm, Bruce Banner, Matt Murdock, Stephen Strange... Stan prontó dejó la compañía en manos de su ayudante, el gran guionista Roy Thomas, y pasó a convertirse en el personaje mediático que es hoy, haciendo de todo, desde la producción de dibujos animados hasta sus cameos en películas (todas las adaptaciones de la Marvel y alguna rareza como Mallrats) y series (Los Simpson, Héroes). Finalmente Marvel le dio la patada en el trasero y Stan tuvo que pasarse a la competencia, DC y otras editoriales independientes. Stan alimentó más la parte publicitaria que la artística de la compañía y acabó lamentando el bocado que le había dado ese monstruo que había creado, ahora en manos de multinacionales. A pesar de ser un entrañable personaje, invitar a Stan a cenar significaría interminables horas de batallitas y, lo que es peor, que copiase al menor descuido todas nuestras ideas para su próximo proyecto. ¡Los viejos piratas nunca mueren!



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