Si es usted un ferviente seguidor de la mitología cristiana, creerá en el Diablo. Y si es seguidor de la mitología del blues, no tendrá ninguna duda de quién fue el Diablo sobre la tierra, el señor Robert Johnson. Johnson, nacido en 1911, fue la primera figura legendaria del blues, y quien dotó al género de sus primigenias cualidades estéticas. En el terreno biográfico, dotó al género de una siniestra mitología que heredó el nieto del género, el rock'n'roll. Sólo dejó grabadas 29 canciones y las dos fotos de este capítulo son la única prueba gráfica que queda del paso de Johnson por esta vida, pero sólo eso fue suficiente para revolucionar el mundo de la música y seguir considerando al guitarrista, un siglo después de su nacimiento, una de las figuras más importantes de la música. En las letras de Johnson se mezcla la superstición con el desamor. Tenía una forma de tocar que supuso un salto en la forma del blues. Nadie sabe cómo Johnson llegó a tocar la guitarra de aquella forma, de un modo que nadie había oído antes. Así creció la leyenda que dice que vendió el alma al diablo en un cruce de caminos en Misisipi. En su vida fue un hombre conflictivo, vivió la muerte de su primera esposa y se dice que murió envenenado por un marido celoso, aunque también es probable que lo hiciera debido a la sífilis. De ser cierta su fecha de nacimiento murió con 27 años, en 1938, y su influencia en la música posterior es tal que podemos afirmar que sin él no habría rock'n'roll tal y como lo conocemos.
Todo genio guarda un cadáver en el armario. Asesinos, suicidas, drogadictos, alcohólicos, maltratadores, psicópatas en potencia, obsesos sexuales, reaccionarios, onanistas, pederastas, esquizofrénicos, paranoicos, estafadores, tiranos... Un espacio dedicado a las mezquindades de los genios, o a las genialidades de los mezquinos...
...El asesinato es una forma de actuar impropia, altamente inadecuada, y no me importa decir que todo hombre que interviene en un asesinato tiene un modo de pensar muy incorrecto y unos principios muy erróneos... Pues si un hombre se deja tentar por un asesinato, poco después piensa que el robo no tiene importancia, y del robo pasa a la bebida y a no respetar los sábados, y de esto pasa a la negligencia de los modales y al abandono de sus deberes. Una vez empezada esta marcha cuesta abajo, no se sabe nunca dónde hay que pararse. Muchos hombres han iniciado su ruina al cometer un asesinato de un tipo u otro, que en ese momento creyeron que no tenía la menor importancia. (Thomas De Quincey - Del Asesinato Considerado como una de las Bellas Artes)
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