REZSÖ SERESS / BILLIE HOLIDAY

La cultura del cine español es infinita. Se dan a conocer las candidaturas de los premios Goya del año que viene y ponen la canción Gloomy Sunday dentro del apartado de canción original. La canción, utilizada en la película La Caja Kovak e interpretada por Lucía Jiménez (a quien, en el colmo del despropósito, se acreditaba como compositora) es de todo menos una composición original. El tema fue compuesto en 1933 por el pianista húngaro Rezsö Seress, y ha sido interpretado, entre otros por Billie Holiday, The Kronos Quartet, Diamanda Galás, Björk, Elvis Costello, Marianne Faithfull, Billy Eckstine, Ricky Nelson, Stan Kenton, Carmen McRae, Sinéad O'Connor, Artie Shaw, Sarah Vaughan y Jimmy Smith. ¡Lo que se dice una canción original! La Academia tardó dos días en corregir su estúpido error. Aprovechemos esta anécdota para recordar tanto al compositor del tema como a su intérprete más famosa.
El pianista y compositor autodidacta Rezsö Seress compuso su canción más famosa en 1933, el título era Szomorú Vasárnap, y en su traducción al inglés se convirtió en Gloomy Sunday (Domingo Lúgubre). La canción era una oda al suicidio, tan deliciosa como depresiva, entre su versos se pueden leer líneas como ésta: "Domingo Lúgubre, mis horas no encuentran el sueño / queridas son las incontables sombras con las que vivo / Las pequeñas flores blancas nunca te despertarán / No donde el carruaje negro del dolor te ha llevado". A pesar de la invitación al suicidio tras la muerte del ser amado que contiene la letra, el tema finaliza de forma políticamente correcta, sugiriendo que todo había sido un sueño. Puede que el autor sospechase que la canción provocaría suspicacias.

Muchas leyendas han corrido en torno a la canción y a su autor. Una de ellas dice que la novia de éste se suicidó tras oir la canción. El autor de la letra, Laszlo Javor, también se suicidó. La canción fue prohibida en Hungría tras una serie de 17 suicidios relacionados con el tema. El propio Rezsö Seress se suicidó en 1968 tirándose de la ventana de un edificio. Cientos de suicidios se han asociado a Gloomy Sunday, de hecho cuando el tema llegó a EEUU en 1936 se vendió con el sobrenombre de "la canción húngara del suicidio" en una macabra campaña de marketing. Sam M. Lewis adaptó la letra al inglés, y la intérprete fue toda una experta en canciones flamígeras, Billie Holiday.

Gloomy Sunday se convertiría en uno de los temas clave de la carrera de la diva del jazz. Y su interpretación sigue siendo insuperable, llena de silencios y tiempo perdido. La vida de Billie Holiday no había sido un camino de rosas, y no es extraño que se identificara con esta historia de amor perdido y vida al borde del precipicio. Muchos aspectos de la historia de esta gran cantante siguen teñidos entre las sombras de la leyenda. Violada con diez años, aficionada a la marihuana y a la heroína, arrestada durante 8 meses por posesión de drogas y con una prohibición durante los últimos 12 años de su vida para actuar en clubes, con amantes mafiosos que le maltrataban, víctima de una estafa que le dejó con 70 centavos en el banco al final de su vida, Billie Holiday murió de cirrosis mientras estaba bajo custodia policial. Holliday fue sobre todo una mujer valiente, en un mundo de hombres ella cantaba, tocaba y componía (temas tan famosos como God Bless The Child), se declaró abiertamente bisexual y rompió los tópicos cantando temas de hondo calado social como el mítico Strange Fruit, en contra de los linchamientos de negros, o de temáticas difíciles, como Gloomy Sunday.

Billie fue consumida por su propia leyenda, al igual que Rezsö fue víctima de la leyenda de su canción. En el estupendo film El Funeral de Abel Ferrara aparece la versión de Gloomy Sunday interpretada por Billie, aunque injustificadamente alterada. Ver esta película es un justo homenaje a ellos mucho mejor que ver la mediocre peliculilla española nominada estúpidamente a los Goya.
Visto todo esto, ¿es Gloomy Sunday una canción maldita? ¿Induce realmente al suicidio? Bueno, es lógico pensar que un suicida decida escuchar una canción que le invite explícitamente a ello antes de dar el gran salto, pero decir que es una canción maldita, es como decir que La Barbacoa de Georgie Dann induce al asesinato de animales.


1 comentario:

Ingrid Solbrig dijo...

Me ha encantado tu artículo.

Genial,
Saludos.