Una de las actrices más bellas y con más talento de Hollywood en los años 80, Sean Young, protagonizó un sonado escándalo a finales de los 80 que marcaría para siempre su carrera. Young será eternamente asociada a su papel en el clásico de ciencia ficción Blade Runner (1982). Su carrera se mueve entre films muy diversos, desde thrillers, tan eficaces en los 80, y para los que Sean encajaba como un guante, como No Hay Salida (1987) o Bésame Antes de Morir (1991), a comedias como El Pelotón Chiflado (1981) o Ace Ventura (1994), pasando por cine fantástico como Dune (1984). En 1988, tras protagonizar la película The Boost junto a James Woods, con el que tuvo un romance, Sean comenzó a acosar al actor. Woods acusó públicamente a la actriz de acoso, llegando a la corte, aunque finalmente retiró los cargos. La maniobra intimidatoria de Sean se ha comparado a menudo con el film Atracción Fatal, y el mismo guionista dijo haberse inspirado en la actriz a la hora de crear el personaje de la acosadora, interpretada por Glenn Close. El escándalo no ayudó a la actriz, quien empezó a tener fama de ninfómana, algo muy mal visto en la puritana sociedad estadounidense. Esto, unido al hecho de haber perdido grandes papeles en Batman (llegó aparecer vestida de catwoman frente a un atónito Tim Burton) y En Busca del Arca Perdida, ha hecho que su carrera se haya ido hundiendo a nivel comercial. Aunque ha sido rescatada por el cine independiente, siempre necesitado de estrellas de capa caída. Si decidimos invitar a la Young a cenar, señores, no se quejen luego de la tórrida correspondencia que les puede llegar a casa.
Todo genio guarda un cadáver en el armario. Asesinos, suicidas, drogadictos, alcohólicos, maltratadores, psicópatas en potencia, obsesos sexuales, reaccionarios, onanistas, pederastas, esquizofrénicos, paranoicos, estafadores, tiranos... Un espacio dedicado a las mezquindades de los genios, o a las genialidades de los mezquinos...
...El asesinato es una forma de actuar impropia, altamente inadecuada, y no me importa decir que todo hombre que interviene en un asesinato tiene un modo de pensar muy incorrecto y unos principios muy erróneos... Pues si un hombre se deja tentar por un asesinato, poco después piensa que el robo no tiene importancia, y del robo pasa a la bebida y a no respetar los sábados, y de esto pasa a la negligencia de los modales y al abandono de sus deberes. Una vez empezada esta marcha cuesta abajo, no se sabe nunca dónde hay que pararse. Muchos hombres han iniciado su ruina al cometer un asesinato de un tipo u otro, que en ese momento creyeron que no tenía la menor importancia. (Thomas De Quincey - Del Asesinato Considerado como una de las Bellas Artes)
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